3/08/2011
La tahona
Hace algunos meses que un pueblo vecino Palacios Rubios apostó por la innovación proporcionando ADSL a sus vecinos además de mejorar su alumbrado, fue reconocido con el distintivo "Ciudad de la Ciencia y la Innovación". Esta distinción se otorga por primera vez a 30 ayuntamientos de España comprometidos con el I+D+i.
Utilizaron parte de su presupuesto del segundo Plan E para algo tan importante como lo es proporcionar una herramienta imprescindible para el desarrollo de la sociedad de nuestro siglo.
Nuestros representantes prefirieron gastarlo, malgastalo en cemento inútil. Un gran salón que no se ha utilizado más que en contadas ocasiones en los pasados años, ¿no bastaba con reparar el antiguo Salón? es solo un ejemplo más, pero basta para darnos cuenta de que no se puede tirar el dinero en proyectos que no se utilizan ni aportan nada a nuestro pueblo.
En Tarazona nos vemos obligados a pagar un ADSL tercermundista que triplica el precio de mercado, el que ofrece Iberbanda, o recurrir a las abusivas tarifas de Internet móvil.
De nuevo tenemos que reivindicar una conexión de alta velocidad a un precio justo para nuestros vecinos, seguimos diciendo que se puede conseguir y la inversión es razonable. El ADSL, no es un capricho, es una necesidad básica para el desarrollo de nuestro pueblo y no podemos seguir aislándonos tecnológicamente.
Es necesario seguir el ejemplo de nuestros amigos de Palacios, que con recursos parecidos a los nuestros, han sabido emplearlos en algo verdaderamente útil.
Para los que penséis que esto supone una gran inversión, Palacios Rubios destinó toda la partida del segundo Plan E a nuevas tecnologías y ahorro energético. Así se creó en el municipio una zona de libre acceso a Internet, mediante red wi-fi y un aula de informática, que supusieron un coste de 2.000 y 15.000 euros, respectivamente, a lo que hay que añadir la renovación de todo el alumbrado público, 33.000 euros de presupuesto, que ha desterrado las antiguas lámparas de vapor de mercurio. Esta renovación ha incluido también un reductor de flujo en la central del cuadro eléctrico, lo que supone en total un ahorro energético cercano al 30% para las arcas municipales.
Está claro, se puede, solo hace falta voluntad para conseguirlo. Envidia sana por Palacios Rubios y enhorabuena por el premio.
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Espero que este caso no sea solamente un ejemplo al que las autoridades y empresarios recurran para salirse de situaciones con preguntas incómodas respecto al desarrollo de las líneas de comunicación. Saludos, Diego.
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