Felicitamos a nuestros párrocos, Tomás Gil Rodrigo y Juan Andrés Martín, por su "bautismo virtual" en la red; bien es cierto, que ya conocíamos su página y nos parece interesantísimo escuchar sus puntos de vista.
Pedimos perdón por el "copia y pega" sin autorización y, como digo que nos parece interesante, también incluiremos un enlace a su web por si fuera de interés para algunos de los que nos visitan.
Como siempre comentamos todo lo concerniente a nuestro pueblo, les invito a leer nuestras apreciaciones a su publicación y, por supuesto, invitamos a todos vosotros a comentarla.
Dejando a un lado los datos históricos, paso a comentar los siguientes párrafos:
La otra mitad del término municipal se reparte entre no más de una decena de agricultores a "título principal".
Precisado ésto, y considerando el tipo de cultivos que se siembran en nuestro pueblo (cereal y patata), nos daremos cuenta de que la mano de obra que se necesita es escasa y temporal.
La ganadería se resume en "más de lo mismo", escasa mano de obra, exceptuando la del productor. No llegan a la decena las familias que actualmente viven de la ganadería.
Ante este panorama, hace unos años, la mayoría de los jornaleros se reciclaron y se dedicaron a la construcción, principal fuente de riqueza en el pueblo por ser la que ha sostenido al mayor número de familias.
Tras la caída de este sector la inquietud es grande y el futuro incierto, la vida en el pueblo, año tras año, se hace insostenible por la falta de empleo local; la lejanía de las fuentes de empleo alternativas la hace, si cabe, más insostenible.
Los demás sectores productivos son prácticamente irrelevantes en comparación con los anteriores.
La despoblación es la principal preocupación. Según nuestros cálculos, en menos de veinte años la población se reducirá a la mitad de lo que es hoy, tan sólo teniendo en cuenta los datos demográficos.
Motivos para el pesimismo hay, y muy fundados.
En cuanto a las fiestas, a pesar de ser cuando más afluencia de fieles (lo de fieles tendría muchos matices) se acercan a la parroquia, los actos eclesiásticos no son el centro de la fiesta, es más bien al revés, "la Iglesia se llena porque es fiesta" no por honrar al patrón. Por poner un ejemplo, los fieles (y ahora si utilizo fieles en la plenitud de su término) solo se acuerdan de San Miguel el 29 de Septiembre, con San Pedro ídem de ídem, y lo más curioso es que se va a misa por causas ajenas a la Eucaristía (todavía recordamos cuando íbamos a misa para estrenar ropa nueva el día de San Miguel o el Domingo de Ramos).
En resumen, vivimos en un pueblo como muchos otros, donde a TODOS los jóvenes se nos obligaba a ir a misa, tanto desde la escuela como desde casa, y puede ser que parte del rechazo venga ya por este tipo de adoctrinamiento. Afortunadamente ésto ha cambiado, ahora somos nosotros los que no obligamos a nuestros hijos; el que va, va libre y convencido de que debe ir.
Muchos de los jóvenes que reciben un Sacramento no lo hacen por su valor espiritual, ni siquiera están preparados para ello, si no por lo espectacular de su ceremonia. Sabemos que es muy fuerte lo que estamos diciendo pero también es un acto de hipocresía no reconocerlo. Muchos de los que, por ejemplo, se confirman o se casan solo son practicantes ese día, después no les vuelve a interesar. Es un acuerdo mutuo, yo te preparo para recibir tal Sacramento con su vistosa ceremonia (hago la vista gorda) y después le cuento al Estado que tengo un fiel más, algo recibiré a cambio. Este "servicio al pueblo" por parte de la Iglesia Católica no nos sale gratis.
La Iglesia recibe una importante cantidad de dinero del Estado por su número de fieles (entre otras cuestiones), como curiosidad os diremos que el presupuesto para el 2012 es de 13.266.216,12 mensuales, y cada día estamos más seguros de que éste dinero la Iglesia no lo está empleado correctamente, su obra social es escasa si la comparamos con la cantidad de dinero que recibe, y es totalmente contradictorio a su mensaje.
Reivindicamos una mayor labor social de la Iglesia, también, o sobre todo, en los pueblos pequeños como el nuestro.
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